Bueno, está visto que viajar a Berlín en invierno es siempre una aventura... Y por supuesto, aunque el aeropuerto de Berlín está acostumbrado a la nieve que hay por todas partes (ayer aterrizamos en una pista nevada sin pestañear), y en el de Madrid no hay ni rastro de nieve (todavía), el avión viene de París, donde tienen nieve pero no están acostumbrados...
¿Resultado? 3 horas de retraso... Pero finalmente, el cohete está a la vista.
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